¿Disciplina? ¿O es la forma en que se usa? ¿Quizás un mal producto?

¿Alguna vez has comprado un producto y has sentido que no te funciona? En esta nueva publicación, te contaré las principales razones por las que un producto no te da los resultados esperados.

En términos reales, ningún producto te garantizará que corregirá o eliminará un problema porque ningún ingrediente es mágico… bueno, en términos de marketing te lo dirán en las campañas publicitarias, pero… ¿cómo sabes si un producto realmente funcionará si nunca lo has usado?

No digo que los productos para el cuidado de la piel no funcionen; al contrario, sí funcionan y pueden corregir o eliminar un problema de la piel, pero de ahí a garantizar resultados 100% antes de tratarlo, simplemente no. Es prácticamente imposible garantizar algo con tanta precisión sin probarlo primero.

Lo cierto es que hay factores que pueden ayudarte a sacar el máximo provecho de tu rutina de cuidado de la piel; hay productos que funcionan de maravilla, corrigen y embellecen. También es cierto que ofrecen cambios espectaculares a corto o mediano plazo, pero todo dependerá no solo de los ingredientes y la formulación de los productos, sino también del estado de la piel de cada caso (ya que cada piel es única). Pero sobre todo, la eficacia de tus productos dependerá de cómo y cuándo los uses.

Si ya te ha evaluado un especialista certificado en el cuidado de la piel y, después de una consulta o evaluación, te ha recomendado productos para tu rutina, lo primero que debes tener en cuenta es que la disciplina es la mejor manera de garantizar que funcionen para ti.

¿Sabías que la mayoría de las veces un producto recomendado por tu profesional del cuidado de la piel no “funciona” es porque no lo estás usando correctamente?

Siempre comparo la rutina de cuidado de la piel con una rutina de gimnasio: no puedes esperar resultados de la noche a la mañana, pero cuanto más los incorpores a tus hábitos diarios, más rápido verás buenos resultados.

Los productos deben usarse según la frecuencia recomendada: algunos son de uso diario, como el limpiador, el tónico, la crema hidratante, los sérums y el protector solar. Otros son de uso menos frecuente, como los exfoliantes y las mascarillas.

Otro aspecto tan importante como la disciplina y la frecuencia es el uso de los productos: orden y horario. En cuanto al horario, debemos saber si son para uso diurno o nocturno, ya que hay ingredientes que definitivamente no deben exponerse al sol, como los ácidos exfoliantes; en cambio, otros no necesitan usarse por la noche, como el protector solar.

Respecto al orden: debes saber el orden en que se aplican los productos para lograr una mejor penetración, y a mejor penetración obtenemos mejores resultados.

Lo que recomiendo es que el mejor orden para aplicar los productos es empezar por limpiar tu rostro, usando un limpiador o jabón facial apropiado para tu tipo de piel, seguido de una exfoliación, equilibrar el pH con un tónico y luego aplicar los productos que dejarás sobre tu piel: empezando con los de textura más ligera, como los serums, pasando a texturas más espesas como la crema hidratante y para tu rutina de día, el paso final debe ser el protector solar, seguido de la aplicación de maquillaje si te gusta maquillarte.

¿Será un producto bueno o malo? Bueno, esta pregunta es muy compleja porque algunos ingredientes funcionan a corto plazo, otros necesitan tiempo para mostrar resultados visibles, y todo depende de la rutina, el estilo y la disciplina de cada persona al cuidar su piel.

Además, para saber si un producto, ingrediente o formulación es bueno para tu piel o no, necesitas una evaluación profesional (siempre repetiré que necesitas una evaluación y recomendación profesional) porque un especialista en piel hace una recomendación en base a tu tipo de piel y/o condición, tomando en cuenta reacciones alérgicas, entre otros factores que se discuten durante una consulta o evaluación.

Finalmente, los productos de las tiendas de cosméticos o de venta libre no ofrecen la misma calidad que una línea profesional de cuidado de la piel. En las tiendas, normalmente se compra una marca más conocida, más barata o con mejor publicidad. Además, en muchas tiendas de cosméticos no hay dermatólogos, sino vendedores, quienes, en muchos casos, carecen de los conocimientos necesarios para evaluar y recomendar productos según las necesidades del cliente.

Quiero destacar que los productos recomendados por especialistas o centros de belleza generalmente son líneas con formulaciones de mayor calidad, con ingredientes más enfocados a tratar más profundamente las afecciones de la piel y diseñados para no sólo mantener la belleza de la piel, sino también su salud.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

General