1 de junio de 2025
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Esta es la frase que más he escuchado de las personas que he tratado, y de hecho, una de las cosas que también me pasó a mí.
Hoy quiero explicar el error en esta frase…
Cuando empecé a cuidar mi piel hace unos años, ya tenía treinta y tantos. Pensé que era hora de empezar, y estaba muy equivocada.
Cuando empecé a cuidar mi piel como rutina de autocuidado, empecé a notar cambios fascinantes: mi piel se veía más rejuvenecida, más tersa y suave, con menos imperfecciones, y en general, me gustaba mucho el cambio que veía. Pero me preguntaba... ¿qué habría pasado si hubiera empezado a cuidarme antes de los treinta? Fue entonces cuando empezaron a surgir más preguntas sobre el cuidado de la piel.

Tan solo unos años después, cuando comencé a estudiar para ser esteticista en la ciudad de Nueva York, todas estas preguntas empezaron a tener respuesta y a partir de entonces me convencí de que el cuidado de la piel es más que simplemente aplicar productos o seguir una rutina de pasos.

El cuidado de la piel debe ser una consciencia plena, y por eso siempre he estado muy abierta a hablar de ello con mis clientes. No se trata solo de ofrecer un servicio, sino también de guiarlos y educarlos sobre la importancia del cuidado de la piel. La piel es un órgano del cuerpo y, como tal, requiere cuidados.

De hecho, empezamos a cuidar nuestra piel desde pequeños, incluso sin darnos cuenta; porque… ¿acaso no les aplicamos protector solar a los niños cuando se exponen al sol? (Y el protector solar es uno de los productos más importantes para el cuidado de la piel). Por lo tanto, empezamos a cuidar nuestra piel desde pequeños.

Pero les diría que, si hablamos de una rutina de cuidado de la piel, la mejor edad para empezar a cuidarnos es la adolescencia. Estos años traen cambios hormonales que pueden provocar problemas de piel como el acné (una de las afecciones cutáneas más comunes). Por lo tanto, creo que la adolescencia es la mejor edad para empezar; no solo para contrarrestar los cambios hormonales que se reflejan en la piel, sino también para crear un hábito y una disciplina que pueda continuar en la edad adulta.
Cuando cuidamos nuestra piel durante los veinte años, aseguramos que después de los treinta lucirá mejor, más joven y diferente de una persona que nunca ha cuidado su piel.
Si tienes treinta y tantos años o más, también puedes brindarle a tu piel el cuidado necesario para rejuvenecerla y revertir los efectos internos o externos que la afectan. Empecé a los treinta y tantos y los resultados han sido visibles incluso con el paso de los años.
Aunque nunca es tarde para empezar, te aseguro que cuanto antes, mejor. Siempre podemos contrarrestar los efectos del envejecimiento, mejorar, revitalizar y rejuvenecer la condición de nuestra piel.
